Vivir con Orientación Familiar
- Lic. Teresa Carrillo
- 19 oct 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 20 oct 2020
Los seres humanos fuimos diseñados para amar y así ser felices. Este anhelo es la esencia del espíritu humano y la meta de nuestros más nobles sueños. El amor se expresa a través de las relaciones con nosotros mismos, con los demás y con el Dios de tu corazón, el Dios de tu comprensión.

"Las relaciones íntimas son aquellas auténticas, profundas y sinceras y comienzan en la familia a la luz de los valores que dirigen nuestra vida"
La intimidad es dinámica, siempre va en aumento y siempre madura. Cuando se logra una relación de este tipo entre dos personas el beneficio es mutuo: aprenden a conocerse, a confiar, y a amarse. El fruto es la seguridad, el gozo, y la paz interior en ambas.
La familia debe aportar seres humanos sanos, agentes de cambio, hijos prósperos, creativos, proactivos, maduros, seguros de sí mismos capaces de heredar el mundo y manejar el poder para ejercer el propósito que a cada uno le da la vida.
Por ello debe vivir en:
Comunicación abierta
Con expresión libre de sentimientos
Con reglas claras y establecidas
Con respeto a cada persona
Con respeto a la libertad de cada miembro de la familia
En un sistema consistente de valores
Con flexibilidad de criterios
Con adaptación al cambio
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